El documento analiza la evolución y estado actual del proceso de descentralización en Honduras, cuestionando si este responde a una verdadera política de Estado o si ha sido reducido a un instrumento de gobiernos de turno. Se describe cómo en la década de 1990 se impulsaron iniciativas de descentralización apoyadas por organismos internacionales como el PNUD, con énfasis en el fortalecimiento de los gobiernos locales mediante la Ley de Municipalidades. Sin embargo, el estudio advierte que el avance ha sido limitado y que factores como la crisis política de 2009 y cambios en la dinámica económica global han debilitado el proceso.
El análisis critica las reformas posteriores a la Ley de Municipalidades y destaca cómo instrumentos como las Disposiciones Generales del Presupuesto y las Alianzas Público-Privadas Locales (APPL) han distorsionado el espíritu de la descentralización, debilitando la autonomía municipal. Se denuncia que las transferencias municipales son utilizadas como mecanismos de control político a través de iniciativas como el “Pacto Municipal por una Vida Mejor”, afectando la independencia financiera de los municipios.
También se examina la nueva Ley de Descentralización de 2016, señalando que aunque representa un avance normativo, en la práctica no ha fortalecido significativamente las capacidades de los gobiernos locales. Se analiza el impacto de la manipulación de ingresos fiscales, las dificultades en las transferencias municipales, y los riesgos que las APPL representan para la autonomía y desarrollo local.
Finalmente, el informe propone medidas correctivas, como la asignación directa de recursos como el Fondo Vial a las municipalidades y la necesidad de construir una estrategia de descentralización auténtica, sostenible y desligada de intereses partidistas coyunturales.